POSITIVIDAD TÓXICA
En los últimos meses he oído hablar mucho sobre la positividad tóxica, era un concepto nuevo para mi, incluso para muchos de mis amigos, hasta que empecé ha investigar un poco sobre este nuevo concepto.
Este concepto aparece cuando las personas aumentamos la dosis de positividad en nuestra realidad haciendo así que nuestras expectativas se tornen en excesivas. Lo peor es que parece que de alguna manera la sociedad quiere imponer este término a toda costa.
Primero tenemos que decir que hay personas de todos los tipos posibles, hay personas que te alegran el día con una sonrisa, otras que son negativas y otras que te hacen de reír a carcajadas. El problema llega cuando nos vamos a los extremos. Si ya teníamos claro que ser negativo en exceso no era bueno tampoco lo va a ser la positividad extrema de la que estamos hablando.
Ser una persona optimista a una enorme distancia de la realidad no es bueno ya que ese optimismo "puede volvernos ciegos". Un caso extremo de la positividad tóxica sería que una persona pensara que le va a tocar la lotería sin ni si quiera haber jugado.
La parte tóxica llega cuando los pensamientos que alimenta esta positividad genera una expectativa que nunca se cumple haciendo que la persona lidie continuamente con sensaciones de impotencia.
En mi opinión los fracasos son necesarios para llevar a cabo una autorregulación emocional.
Este concepto aparece cuando las personas aumentamos la dosis de positividad en nuestra realidad haciendo así que nuestras expectativas se tornen en excesivas. Lo peor es que parece que de alguna manera la sociedad quiere imponer este término a toda costa.
Primero tenemos que decir que hay personas de todos los tipos posibles, hay personas que te alegran el día con una sonrisa, otras que son negativas y otras que te hacen de reír a carcajadas. El problema llega cuando nos vamos a los extremos. Si ya teníamos claro que ser negativo en exceso no era bueno tampoco lo va a ser la positividad extrema de la que estamos hablando.
Ser una persona optimista a una enorme distancia de la realidad no es bueno ya que ese optimismo "puede volvernos ciegos". Un caso extremo de la positividad tóxica sería que una persona pensara que le va a tocar la lotería sin ni si quiera haber jugado.
La parte tóxica llega cuando los pensamientos que alimenta esta positividad genera una expectativa que nunca se cumple haciendo que la persona lidie continuamente con sensaciones de impotencia.
En mi opinión los fracasos son necesarios para llevar a cabo una autorregulación emocional.
¡¡ Hola Elena!!
ResponderEliminarEl concepto de positividad tóxica no lo conocía y me ha parecido muy interesante ya que se puede ser positivo pero sin llevarlo al extremo porque todo el mundo fallamos en algún momento y si esa persona tiene unas expectativas muy altas y falla eso puede llegar a ser un problema mayor.
¡¡Espero que todo este bien!!
¡Un saludo!